Aerobars

Pieza determinante en el posicionamiento sobre las bicicletas de triatlón y contrareloj.

Hoy hablaremos del aerobar o manillar de triatlón, pieza determinante en el posicionamiento sobre las bicicletas de triatlón y contrareloj. El ajuste sobre estas va a depender en gran medida de las posibilidades que nos ofrezca el aerobar. La relevancia del aerobar es tal que puede impedir posicionar un atleta en un cuadro de su talla o por el contrario en el mejor caso puede posibilitar posicionar a un atleta en una cuadro con una geometría que no le corresponda. Cuanto más rango de movimientos permita el aerobar, mejor.

El aerobar se compone de tres partes principales: la base del manillar (basebar), apoyacodos y extensiones.

¿Qué características reúne el aerobar ideal?

BASE

El basebar es la pieza principal en términos de estructura y ofrece una postura alternativa de descanso a la posición aerodinámica  para relajar cuello, brazos, hombros…. además de aportar un mayor control al triatleta en situaciones que lo requieran (rotondas, bajadas…). No es aconsejable que las empuñaduras se encuentren más bajas que el centro del manillar, en la mayoría de los casos crea mayor tensión y menor confort en brazos y hombros,  además de un menor control debido tanto a la falta de confort como al centro de gravedad más adelanrado. Algunos aerobars, como por ejemplo el incluido de serie en las Argon E-119, ofrecen una altura de empuñaduras variable montando el basebar en un sentido u otro.

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También es interesante poder regular la inclinación de empuñaduras para optimizar el contacto con la palma de la mano para un mayor confort y control además de una mayor sensación de seguridad. En los aerobars que no llevan potencia integrada este ajuste se puede conseguir rotando el basebar desde la unión con la potencia, aunque dependiendo de la forma del aerobar esto puede ir en detrimento de la aerodinámica. En cuanto al contacto con la palma de la mano, no esta de más también probar la forma y longitud de la propia empuñadura la cual tiene que ofrecer un buen agarre.

Por norma general los basebars no ofrecen distintas anchos porque siendo una posición de uso puntual no resulta un parámetro determinante.

APOYACODOS

Dentro del aerobar es el punto de contacto donde más nos apoyamos (más peso) y durante más tiempo. Si no hubiera necesidad de controlar la bicicleta (por ejemplo en rodillo) debiéramos ser capaces de pedalear apoyados en los apoyacodos con las manos al aire. Por su importancia es la parte del aerobar que requiere de mayores rangos de ajuste.

La posición de los apoyacodos se debe poder ajustar en tres dimensiones: Anchura, altura y Alcance. En aquellos aerobars donde podamos cambiar la longitud e inclinación de la potencia los dos últimos ajustes podrán realizarse también cambiando la potencia.

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El ajuste de ancho entre apoyacodos resulta determinante para el confort y la sostenibilidad de la posición y varia normalmente entre 24 y 36cm (entre extremos de apoyacodos).

La altura de los apoyacodos está directamente relacionada con la inclinación del tronco, un parámetetro fundamental y por tanto un ajuste fundamental que para las bicicletas actuales suele requerir entre 0 y +6cm de regulación considerando 0 la superficie del basebar.

Aunque el alcance pueda regularse mediante la potencia la mayoría de los apoyacodos incluyen diversos agujeros que les permiten ser fijados tanto en distintas anchuras como en distintos alcances. Este tipo de ajuste ofrece unos rangos de regulación limitados por lo que normalmente el ajuste de alcance requiere ajustar la longitud de la potencia.

Por último, aunque en un nivel menor de relevancia, sería también interesante disponer de una regulación de inclinación de antebrazo che optimice el contacto y estabilidad entre este punto de contacto y el codo. En este sentido resulta también relevante el material de contacto, normalmente una espuma.

Un buen ejemplo de aerobar que reúne todas estas regulaciones es el Vola de 3T.

EXTENSIONES

La extensión provee soporte para las manos cuando los codos se encuentran en el apoyacodos, por tanto su ajuste debe realizarse en función de los apoyacodos y si movemos los apoyacodos las extensiones tienen que ir con ellos.

Las extensiones tienen que poder ser reguladas en alcance y altura respecto a los apoyacodos. Normalmente el alcance puede regularse desplazando la extensión respecto al apoyacodos o variando la longitud de la propia extensión en función de la longitud del antebrazo del atleta.

Para variar la altura u orientación de la empuñadura de la extensión tendremos que cambiar de forma de extensión. Las más habituales son:

– Rectas (Straight): Son por norma general el tipo de extensión menos cómodo porque requieren flexiones pronunciadas de muñeca que pueden extender la tensión tanto a brazos como hombros.

– Curvas (S-Bend): La orientación de las empuñaduras es horizontal como en las rectas pero más elevada por lo que requieren de menos flexión y tensión, aunque insuficiente para garantizar el confort en la mayoría de los casos.

– En «L» (L-bend o Ski-Bend): Una forma sencilla a la vez que natural para la muñeca y confortable lo que la convierte en la opción más popular.

– Anatómicas: Aunque su ergonomía dependa del modelo, son por lo general las más cómodas y no por ellos las menos aerodinámicas. Por lo general cuanto mejor siga la extensión la forma de la mano y el brazo mejor será la aerodinámica por lo que muchas extensiones anatómicas resultan más aerodinámicas que el resto cuando medimos la aerodinámica del conjunto bicicleta + atleta. Resulta paradójico que este tipo de extensiones sea normalmente descartado por su apariencia no aerodinámica o deportiva. Conviene siempre recordar que la aerodinámica que cuenta es la de la bicicleta + atleta!